lunes, 9 de julio de 2012

En busca del Ayahuasca


Hoy Lunes 09 de Julio, entré a mi baño dispuesto a darme una ducha, cuando se me vino a la mente un recuerdo muy, pero muy gracioso de cuando estuve en Iquitos por primera vez, aquella ciudad inimaginable de llegar para mí, por la distancia y lo caro que resulta llegar a la Amazonía del Perú, ya que en esa época era un adolescente de 20 años, estudiante de Turismo y Hotelería y trabajaba como reemplazo de vacaciones en el diario ‘El Comercio’ . Justo en esos días conversaba por el chat con un gran amigo con el que estudié, Hendrik Torres, el trabajaba en un crucero por Europa y me dijo: ‘’Luis regreso a Perú el otro mes, vámonos a Iquitos una semana que dices, quiero que conozcas mi tierra, consíguete para tu bolsa de viajes yo te pongo los pasajes’’, en mi rostro se dibujó una gran sonrisa de oreja a oreja, la oportunidad de conocer la Amazonía estaba muy cerca. Se lo comenté a mis padres y como lo conocían a Hendrik me dijeron que si deseaba ir que vaya. Desde ese día me puse a juntar mis ahorritos, para hacer una bolsa de viajes modesta, vendí mi bicicleta en 80 soles y mi  Play Station 2 a uno de esos compradores de artefactos que se ofrecen en los clasificados del os diarios, creo recordar que me pagó la mitad de lo que costó y eso que estaba nuevo. Los días pasaron hasta que llegó mi amigo al Perú, me llamó al celular y me dijo: ‘Luis ya estoy en Lima’, ¿qué estás haciendo? , yo le dije, en mi casa vente para almorzar y jugarnos unas mesitas de billar, él fue la persona que me enseñó a jugar billas y al que luego con el tiempo llegué a ganarle. Llegó a mi casa y me dijo: Nos vamos mañana voy a sacar los pasajes ahorita, le di mi número de DNI y me alisté a preparar mis valijas para el viaje de mañana a las 6 y 30 de la tarde vía Lan. Era la primera vez que subía a un avión, estaba un poco asustado pero con la adrenalina a mil de pensar que en 1hora y 45 minutos iba a estar en Iquitos. Al llegar al aeropuerto Francisco Secada Vignetta, se abrió la puerta del avión y al salir sentí como si estuviera en un sauna, el bochorno era muy fuerte a pesar que ya eran las 7 y 30 de la noche bajé rápido las gradas del avión y me fui corriendo al baño a mojarme la cara,  la primera impresión al bajar fue ese sofocante bochorno, el cual  jamás había experimentado en Lima. Recogimos nuestro equipaje y tomamos un taxi hacia la casa de Hendrik.
En el camino me pegué a la ventana y cual niño que lo sacan por primera vez a la calle me puse a observar mi alrededor y me di cuenta que abundaban las mototaxis que acá las llamaban ‘motocarros’ y gran cantidad de motos. En el camino conversando con el taxista sobre la actualidad de Iquitos, nos dijo: ‘’ En Iquitos por cada hombre tenemos 4 mujeres y dos ‘chivitos’ ‘’. Atiné a reírme y seguimos con el viaje. Llegamos a la casa de Hendrik, una modesta vivienda en la urbanización  San Antonio a 8 minutos de la Plaza de Armas. Me presentó a toda su familia, dejamos nuestros equipajes y nos fuimos todos a Cenar a un restaurante muy bonito cerca a la plaza. Pedí la carta y me lancé por pedirme unos tacachos con cecina. De tomar un juguito de cocona y con la barriga llena nos regresamos a la casa a descansar, me armaron una cama ‘comodoy’ en su salita, que amables que fueron me ahorré mucho en hospedaje. Nos pusimos a conversar en la sala con su familia y en eso vi por la pared del techo de la casa como transitaba una araña casi del tamaño de mi mano, no dije nada y hice como que no pasó nada, lo que no sabían era que por dentro estaba asustado y de solo pensar que iba a dormir en la misma sala con la araña se me escarapelaba todo el cuerpo. Todos se despidieron y me acosté tapándome toda la cara con la sábana y rezando para que no se me suba la araña. Yo pensé quedarme una semana y terminé quedándome 1 mes, los primeros días todo era turismo para mí, nos íbamos con Hendrik a conocer la ciudad y alrededores, conocí ‘Pampa Chica’ un lugar de veraneo para la gente de la ciudad en el cual se forma como una especie de playa artificial con arena blanca, y en donde se producen unas pequeñas olas a raíz del paso de los deslizadores que originan ese movimiento en el agua. Allí almorcé pescado con plátano, era una ‘Carachama’, pez típico de río. Rico pero con muchas espinas. Otro lugar que me llamó mucho la atención fue ‘El boulevard’ ubicado al pie del río Amazonas, desde el cual puedes observar el río como si fuese una enorme anaconda que se desplaza por medio de la vegetación. Me quedé maravillado con el paisaje. Al día siguiente ya estaba aclimatado y el sofocante calor ya no me afectaba tanto como cuando llegué a la ciudad y ya yo mismo me desplazaba por los alrededores, salí a la esquina y tomé una ‘motocarro’ con destino a la plaza principal, el precio es de 2 soles a cualquier lado dentro de la misma. Fui a ver la ‘Casa de Hierro’ una majestuosa obra diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel el mismo que diseñó la Torre Eiffel en París. Como hacía mucho calor, en una esquina me compré una agua heladita de cebada lo venden en casi todas las esquinas de la ciudad, es muy refrescante y alivia un poco la sed. Me quedé corto.  Continúo el miércoles.        

5 comentarios:

  1. buena historia brother, ahora esperar las demas, FELICITACIONES lUIS !!
    Aldo Chacon.

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  2. Xevere en q viaje lo disfrutast mas

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  3. Gracias por leer mi blog, no entendí tu pregunta y me puedes dar tu nombre porfavor...

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