Federer en Sudamérica
Hace poco me enteré que el gran jugador de Tenis RogerFederer realizaría una gira por Sudamérica, visitando países como Argentina, Chile, Colombia y Ecuador, entonces me pregunté ¿y Perú?, por qué no vino a nuestro país… no podía dejar pasar esta oportunidad de tener al más grande jugador de todos los tiempos a unas horas y decidí que la ciudad de Quito en Ecuador, sería mi punto de encuentro con el ganador de 20 Grand Slam y más de 1000 títulos ATP. Realicé mi acreditación y alisté mi maleta con mucha emoción.
Realicé un viaje de 2:30 horas aproximadamente, al
aterrizar en la ciudad de Quito, pude sentir el cambio de clima muy favorable,
que me presagiaba una placentera estadía, la moneda que se utiliza en este país
es el dólar, así que un taxi hasta el centro, lugar donde estaba mi hotel me
cobró 25 dólares.
El primer día me aclimaté un poco a la ciudad, Quito
está a 2800 metros sobre el nivel del mar, tenía que estar con físico para lo
que me esperaba, una maratónica cobertura del número 3 del tenis mundial, la
cual luego la iba a plasmar en el diario Trome. Lo primero que hice fue ir a recoger mis
credenciales al coliseo “Rumiñahui”, luego ya con hambre, a degustar su
gastronomía, casi todos los platillos te los sirven con papas fritas.
Al día siguiente me desperté temprano 6 de la mañana y
me enrumbé hacia el monumento de la “Mitad del Mundo”, el cual se ubica a 1
hora del centro de Quito, lugar donde se iba realizar la conferencia de prensa.
Cogí un taxi uber y llegué. Había gran expectativa de medios de comunicación
por la llegada del tenista Suizo, cuando de pronto hizo su aparición al lado
del alemán Alexander Zverev, ingresaron a la conferencia ante la algarabía de
los espectadores y periodistas que estábamos allí aguardando por horas.
Alrededor de 30 minutos duró la conferencia de prensa
y en eso los organizadores nos invitaron a pasar al otro escenario para la
presentación en el monumento de la Mitad del Mundo, cuando ya estaba por
retirarme, algo hizo que me detenga y no me vaya, pues había traído un chullo
cusqueño desde Perú para regalárselo al tenista. Pero no sabía cómo hacérselo
llegar. Cuando de pronto veo que estaban saludando a los periodistas desde un
escenario de casi un metro de altura, decidí, burlar la seguridad del evento y acercarme
lo más que pude, diciéndole, Roger its for you, a present for Lima- Perú. Im
from Perú, Roger no me escuchaba , hasta que de pronto Zverev me vio y se
acercó cogió el chullo y lo llamó al suizo, quien con una gran sonrisa se
acercó a donde estaba y me abrazó, decidí tomarme una foto para la posteridad.
Luego pensando en el futuro me tomé una selfie con el alemán Alexander Zverev,
quien en unos años será tan bueno como Federer.
Ya con mi principal objetivo cumplido, terminé la
cobertura del evento y pude respirar, y decir, lo logré, logré estar al lado
del suizo, al cual solo veía por la televisión en torneos tan lejanos por el
viejo continente y otros países. Ahora a almorzar algo rico, que en la noche me
esperaba el partido de exhibición.
Con casi 1 hora antes cogí un taxi y me fui al
partido, no contaba con el gran tráfico que se iba a presentar por la magnitud
del evento, así que a falta de 4 cuadras me bajé y seguí a pie. Cuando logré
ingresar y colocarme en mi ubicación, ya pude estar más tranquilo y solo
esperar que haga su aparición el maestro Roger Federer, y empiece el partido.
Al ser anunciado por los altoparlantes, la algarabía de las 4 tribunas
empezaron a desbordarse y un Federer emocionado salía por el túnel levantando
la mano derecha saludando al público. Empezaron a calentar y arrancó el partido,
una exhibición que tuvo de todo, buenas jugadas, risas y la participación del
público que estaba cerca al campo de juego. Y por supuesto la victoria para el
suizo por 2-0 sets y su último partido por este continente.
Sin duda una noche mágica e inolvidable en Quito,
una noche de la cuál pude ser partícipe y que quedará en mi memoria para toda
la vida. Al fin pude retornar a mi hotel luego de más de 2 horas tratando de
buscar un taxi que me saque del evento (todos estaban llenos) y poder
descansar, para al día siguiente despedirme de esta histórica y colonial ciudad
que me recibió por 3 días, con la promesa de un día volver. Y que me permitió
conocer a Roger Federer, el más grande tenista de todos los tiempos.
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